Ryan Reynolds: 4 lecciones de un hombre multifacético.
Canadá nos ha dado un montón de cosas: la miel de maple, el hockey sobre hielo, el show de TV Degrassi, Justin Bieber y Ryan Reynolds.
Este último, es un caso del que queremos hablarte porque además de ser un actor de Hollywood super reconocido, es un hombre que se posicionó en un territorio bastante peculiar y que ha sabido llevar su marca personal a nuevos mercados con mucho éxito.
Hoy te contamos las cuatro lecciones que aprendimos de Deadpool, o más bien, de Ryan Reynolds, el hombre detrás del personaje.
Ryan Rodney Reynolds nació en octubre de 1976 en Vancouver. Se crió en un barrio de clase media, fue a una escuela católica y dejó la universidad para dedicarse a la actuación. Un canadiense normal.
En 1991 consiguió un papel en una serie para adolescentes, Hillside, algo así como Degrassi pero sin el mismo encanto.
Por más de diez años obtuvo papeles pequeños pero nada del otro mundo. No fue hasta el año 2002 donde la cosa se empezó a poner interesante.
1. Sé fiel a ti mismo
Con 26 años, Ryan protagonizó la película National Lampoon’s Van Wilder, una típica comedia americana en la que representa a un universitario que no quiere graduarse nunca para poder seguir siendo el alma de las fiestas de la fraternidad.
En realidad la peli no es nada del otro mundo, pero fue la primera que nos presentó al Ryan que tod_s conocemos, un tipo encantador y con mucha labia, pero también un romántico con un lado sensible escondido.
Hoy sabemos que Reynolds obtuvo este papel porque el personaje se parecía mucho a él.
A partir de este momento Ryan se convirtió en el hombre-marca que empezaba a ocupar los territorios de la ironía y la autenticidad.
De esta manera, consiguió papeles en pelis como The Proposal, Green Latern y, obviamente, Deadpool.
2. Enseña tu vulnerabilidad
La obsesión de Reynolds con el cómic de Deadpool empezó en 2004. El personaje de Wade Wilson era ingenioso, sarcástico y bromista. Ryan estaba decidido a hacer la película.
Desafortunadamente, l_s productor_s no estaban convencid_s, pero Reynolds insistió una y otra vez, hasta presentar la película en 46 ocasiones en 11 años.
Ryan no se rindió, hasta que un día, gracias a la magia de Internet, alguien filtró un corto de prueba de Deadpool y provocó la presión de l_s fanátic_s para la realización de la película, aunque con un presupuesto bajísimo.
Ryan siempre se presentó como alguien seguro, aunque también vulnerable y un poco torpe. Se centró en conectar con la audiencia a partir de sus defectos, y funcionó.
Deadpool recaudó 783 millones de dólares y se convirtió en la película con clasificación R (sólo para adultos) más taquillera de todos los tiempos.
3. Haz cosas que te apasionen
Reynolds es actor profesional desde 1991, pero no alcanzó la popularidad hasta interpretar a Deadpool en 2016.
Cuando tienes una marca con una personalidad tan clara y posicionada, tienes la oportunidad de llevarla a nuevos mercados con mucha más facilidad.
Por eso, en 2018 comenzó a desarrollar su faceta de hombre de negocios lanzando Aviation, una marca de Ginebra en la que él es la imagen comercial.
También fundó Maximum Effort, una agencia donde pudo insertar en el mundo de la publicidad el concepto de “Fastvertising”, campañas de producción rápida, audaces y por lo general cómicas, que llaman la atención usando el desorden.
Ryan tiene claro que las marcas más potentes son aquellas que tienen un porqué sólido, se mueven siempre teniendo como eje su esencia y sienten pasión por lo que hacen y por quienes lo hacen.
4. Haz todo lo contrario
En general, Reynolds ha demostrado tener olfato para aprovechar las colaboraciones en su estrategia de marketing.
Ya sea asociándose con marcas para promocionarlas o haciendo videos divertidos con otras celebridades, el enfoque siempre se centra en su humor característico y autenticidad.
Frecuentemente, actores, modelos y cantantes se involucran en negocios relacionados con artículos de lujo, como fragancias, ropa premium, vehículos deportivos, o vinos que cuestan cientos de euros por botella.
Ryan hace todo lo contrario. Su enfoque está en relacionarse con productos anti-aspiracionales. Productos sencillos y corrientes que están en el día a día de todos.
Un ejemplo de esto es otra de sus adquisiciones, la empresa de telefonía Mint Mobile.
La razón de haberla adquirido y ser la imagen de la marca es simple. La telefonía es un servicio esencial que todo el mundo necesita, y que no requiere de una comunicación seria y formal por lo que tiene espacio para el humor.
Y es que gracias al humor ha logrado humanizar sus marcas y conectar con su audiencia a un nivel más personal. Así también ha logrado mantenerse auténtico en su marca personal, evitando la tentación de hacer promesas que él y sus marcas no pueden cumplir.
Ryan Reynolds es más que Deadpool, un actor de Hollywood reconocido o un hombre de negocios exitoso, es un ejemplo de cómo la autenticidad, la vulnerabilidad y la pasión pueden ser una estrategia poderosa en el mundo de las marcas personales y los negocios.
En un mundo saturado de marcas y celebridades que persiguen la perfección, hay un espacio inmenso y valioso para aquellos que se atreven a ser diferentes.
Ryan no sólo ha construido una carrera exitosa sino que también ha ido perfeccionando un nuevo modelo que demuestra que ser uno mismo puede ser la mejor marca personal que existe.
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