La historia de un Workshop de Storytelling
Este fin de semana en Complot Escuela de Creatividad volvimos con una nueva edición del Workshop de Storytelling a cargo de Javier Argüello. Nuestro #Complorer Manuel Pasqualetti nos cuenta su experiencia.
Cómo contaros el Workshop de Storytelling y que no se os olvide la mañana siguiente, sería uno de los desafíos que podría plantear un relato de Javier Argüello, nuestro profesor en esta ocasión.
Porque, la verdad, podría explicaros cómo funcionan los mecanismos para contar las mejores historias, podría tiraros los #TopTenTips para tener a tu espectador atrapado o los diferentes picos de atención durante cada acto de una obra, pero estaría negando los fundamentos básicos que nos ha enseñado Javier. Porque según él, las personas recuerdan mucho más las historias, y esas no son declaraciones, ni explicaciones, sino que son acciones. Y son estas las que, en su trasfondo, en su esencia y en su razón de existir nos muestran la realidad.
Por eso me gustaría hablar de acciones: las acciones de un profesor, escritor, trotamundos y publicista que entra en un aula de Complot Barcelona y no se le ocurre mejor manera de romper el hielo que con un experimento de física cuántica. Un vídeo que explicaba que hoy en día los físicos están confusos estudiando los átomos, estas partículas indivisibles que, como ladrillos, constituyen toda la realidad que conocemos. Por un lado tienen claro cómo actúan en determinadas situaciones y pueden hacer aplicaciones con ellos, pero cuando ponen un ojo en el mundo cuántico para intentar ver cómo funcionan, los átomos cambian totalmente su comportamiento.
En ese momento un alumno levanta la mano y pregunta:
“¿Eso quiere decir que no podemos conocer la realidad en la que vivimos?”.
Otro alza la voz y le dice “No, eso quiere decir que no existe ninguna realidad concreta, todo cambia”. Un último, con una perspectiva diferente, afirma: “Yo creo que lo que nos intenta mostrar es cómo es posible explicar física cuántica a alumnos de publicidad”. Hasta que Javier nos dijo:
“Vosotros mismos os estáis contestando. Lo siento pero esta historia no iba de átomos, ni experimentos, ni física cuántica. Esta historia es, al igual que los átomos, susceptible a cualquier observador. El observador tiene el poder de modificar la realidad”.
L_s #Comploters nos quedamos mirando al profe con sus palabras resonando en nuestra cabeza y preguntándonos si aún tenemos el poder de crear historias. Me refiero a nuestras propias historias. Unas que no estén modificadas por cualquier persona que las esté leyendo y hagan de ellas lo que quieran. La clase continúa durante varias hora llena de información sobre Storytelling, recorridos por la historia de la humanidad y su cultura creada a partir de relatos. Pero uno de nosotros aún sigue pensativo, no puede olvidar esa pregunta que le surgió durante los primeros 20 minutos de clase. Al llegar a casa y sin pensárselo dos veces se sienta en el escritorio y saca un papel en blanco. Está dispuesto a enfrentarse a la pregunta, al relato. Coge su bolígrafo marca Complot y con ansiedad escribe:
“¿De dónde vienen las historias?”.
Manuel Pasqualetti
Coordinador del Master de Creatividad Integral + Creatividad Digital y Nuevos Formatos + Redacción Creativa
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